En una casa de obra nueva se puede elegir ubicación, forma y tamaño, pero en una reforma, si quieres cambiar o añadir una ventana, tendrás que tener en cuenta el tipo de vivienda y su estructura. En todos los casos, el objetivo será diseñar una ventana que sirva para ventilar la casa, fácilmente maniobrable y que, además, contribuya al aislamiento térmico y acústico
Si la orientación de la ventana es sur, hazla grande y aprovecha el sol directo, que se convertirá en fuente de calor gratuita –en climas cálidos, añade toldos y persianas. Al norte, en cambio, conviene que los huecos sean más pequeños –hay que reducir al mínimo las ventanas que abran al oeste, por donde se pone el sol.
Piensa en la tipología de la casa –aislada, entre medianeras, en planta baja, bloque de pisos– y en su estilo.
Para conseguir interiores más luminosos, pon las ventanas en paredes opuestas o en ángulo, así contarás con distintas calidades de luz y ventilación cruzada. Otra recomendación es que la ventana se sitúe en el eje medio de la habitación y que la diseñes con antepecho bajo: la luz se distribuirá simétricamente y podrás ver a través de ella desde el sofá.
Elegir una ventana rompiendo el ángulo de la esquina es un recurso que puede compensar las limitaciones de una fachada para conseguir luz y vistas. Siempre que sea posible, instala ventanas de suelo a techo –ganas en calidad espacial y ahorras presupuesto.
La forma más alta que ancha es la opción que más luz capta y la que podrá adaptarse mejor a muros de carga. Para decidir el tamaño, piensa que el hueco será, como mínimo, de una décima parte de la superficie de la habitación.
La proporción se tiene que estudiar sobre fachada, pero también en relación al lienzo de pared interior, a la altura y profundidad del ambiente. Una ventana alta y de antepecho bajo o a ras de suelo tendrá un alcance más profundo que una con antepecho de 80 cm o más.
Es el punto más comprometido, porque una ventana con un sistema de apertura inadecuado se convierte en un problema.
Batiente: ideal para ventanas de una o dos hojas. Tendrás que visualizar el espacio de barrido y si te interesa que abra hacia la derecha o hacia la izquierda.
Corredera: el perfeccionamiento en las juntas entre hojas ha mejorado su aislamiento térmico y acústico, la permeabilidad al aire y la estanqueidad al agua. La de máximo aislamiento es la corredera elevadora. Ideal para espacios amplios.
Basculante, pivotante, proyectante: se mueven en ejes horizontales o verticales dentro del vano, lo que da más opciones para instalarla hacia el interior o el exterior del hueco.
Plegable: sistema ideal para aberturas amplias.
Guillotina: es como una corredera vertical. Perfectas para formatos verticales y estrechos; al igual que las correderas, permiten un control preciso de la ventilación.
Los dos primeros son aislantes naturales; el tercero, para conseguirlo, debe incorporar rotura de puente térmico.
Estéticamente, la madera aportará naturalidad y calidez; el PVC, por el aspecto y grosor de sus perfiles, es indicado para reemplazar a carpinterías de madera cuando buscamos mantener rasgos clásicos. Por último, el aluminio, se puede usar casi en cualquier estilo.