En base a los datos de la Guía Técnica de Vidrios y Cerramientos del IDAE Instituto para la Diversificación de la Energía): “El consumo energético de la calefacción y el aire acondicionado supone aproximadamente la mitad del consumo total de energía de un edificio”.
Sin embargo, este consumo tan alto puede verse reducido a través de la renovación de los vidrios y marcos de las ventanas. Esta medida es una de las más eficaces para la mejora de la eficiencia energética y además aumenta el confort térmico de las viviendas. “La mejora del aislamiento térmico de un edificio puede suponer ahorros energéticos, económicos y de emisiones de CO2 del 30% en el consumo de calefacción y aire acondicionado, por disminución de las pérdidas”, afirma el propio estudio del IDAE.
Esta medida se convierte en la actuación más sencilla, incluso en la mayor parte de los edificios históricos, los cuales no suelen incorporar un aislamiento térmico adecuado.
Por otra parte, las nuevas tendencias arquitectónicas consideran, por un lado, que el vidrio es uno de los materiales con los que se consiguen mejores resultados en el aislamiento térmico, y por el otro, que el hueco es uno de los elementos más débiles en este sentido, ya que permite grandes fugas de calor en invierno y un exceso calentamiento en verano.
Por lo tanto, para reducir esas fugas y, de este modo, también los gastos energéticos, se hace vital el cerramiento del hueco. A mayores, las exigencias de confort de la sociedad moderna reclaman un vidrio que deje pasar la luz, pero no el frío ni el calor, lo que llamamos “cristal inteligente”.
Esta nueva generación de vidrio para ventanas de hogar incluye especificaciones técnicas que suponen una revolución en el doble acristalamiento por sus efectos de aislamiento térmico reforzado, al conseguir la combinación perfecta entre baja emisividad y control solar.
Este vidrio debe estar concebido para discriminar entre las diferentes longitudes de onda de radiación solar, de modo que la mayor parte de la radiación infrarroja, que aumentaría la temperatura en el interior del edificio, es reflejada al exterior, sin restringir el paso de la luz.
Además, el objetivo del mejor vidrio no es sólo que se ajuste al Código Técnico de la Edificación (CTE) y que permita obtener la Certificación Energética de los Edificios, tanto industriales o comerciales como en lo referido a las viviendas, sino que, en la medida de lo posible, supere los mínimos establecidos.
Por último, para conseguir altos parámetros de confort y bienestar, el vidrio ideal debe ofrecer la máxima transparencia posible, para proporcionar una mayor cantidad de luz natural en la vivienda, algo que también influye en el ahorro energético; limitar la entrada de los rayos ultravioleta que deterioran los objetos; y, por último, mejorar también el aislamiento acústico.
En la actual especificación tecnológica del vidrio, todo es posible, por lo que se ha convertido en la mejor herramienta para conseguir altos parámetros de eficiencia energética.